Mission Impossible: Final Reckoning
Calificación Geekly: 9/10
La saga de Mission: Impossible ha sido sinónimo de adrenalina, espionaje y acrobacias imposibles por casi tres décadas. Con Final Reckoning, Tom Cruise y el director Christopher McQuarrie entregan una conclusión (¿o no?) épica, intensa y espectacular, que se siente como la culminación perfecta de todo lo que ha hecho grande a esta franquicia.
El precio de salvar al mundo

En Final Reckoning, Ethan Hunt se enfrenta a su misión más personal y peligrosa: detener a una inteligencia artificial fuera de control que amenaza con reescribir el orden mundial. A medida que el mundo se tambalea al borde del caos digital, Ethan debe decidir cuánto está dispuesto a sacrificar por salvar a la humanidad… y a los pocos que aún le importan.
A diferencia de otras entregas, aquí se siente una carga emocional más fuerte. La película no solo apuesta por el espectáculo, sino también por la introspección del personaje, su legado y la sombra de sus decisiones pasadas. El resultado es una historia que se siente más íntima, pero igual de electrizante.
Un espectáculo a toda velocidad

Desde persecuciones a toda velocidad por las calles de Europa hasta secuencias de acción aéreas que desafían la lógica (sí, Tom Cruise otra vez lo hizo de verdad), Final Reckoning entrega todo lo que los fans esperan, y más. La acción está coreografiada con precisión quirúrgica, la tensión nunca decae, y cada set piece es más impresionante que el anterior.
La fotografía es impecable, la música de Lorne Balfe eleva cada escena con potencia, y el montaje mantiene un ritmo vertiginoso sin dejar de lado los momentos de respiro necesarios.
El elenco, encabezado por Cruise, está en su punto. Hay regresos esperados, despedidas emotivas y personajes nuevos que aportan frescura sin robar protagonismo. El guion sabe jugar con los giros sin caer en lo forzado, manteniendo siempre la atención del espectador.
Conclusión
Mission: Impossible – Final Reckoning es cine de acción en su máxima expresión. Es la clase de blockbuster que te recuerda por qué vas al cine: para asombrarte, emocionarte y quedarte sin aliento. Con una dirección impecable, un Ethan Hunt más humano que nunca y un cierre digno de una saga legendaria, esta película es una misión cumplida con honores.